Mientras Reggie Miller hablaba de lo "irrespetuoso" que es dejar solo al MVP,Stephen Curry, que ya suma
46 partidos seguidos de playoffs con al menos un triple (todos los que ha
jugado, ya superó los 44 del propio Miller), aniquilaba la resistencia
visitante en tan solo unos segundos. Así son estos Golden State Warriors,
te despistas un segundo y han sumado más puntos de los que serás capaz de
remontar. Esta vez, Curry sí apareció. Lanzó, se dio la vuelta
con la pelota en el aire y miró a donde le dio la gana (Ibaka).
Estaba dentro. Los detalles pusieron a los Thunder en una
posición complicada tras disputar 22 minutos muy buenos, pero fue el MVP quien se encargó de acabar con la ilusión del 2-0: 17 puntos
en el tercer cuarto (28 totales), 15 en dos
minutos y 12 en 1:20. Un fogonazo de esos a los que ya nos
tiene acostumbrado. Triples desde todos los lados y esa expresión que parece
decir:ya no voy a fallar. Y lo sabes. Los Warriors
firmaron el empate y la serie volará rumbo a Oklahoma City con
todo en el aire y unas 20.000 gargantas preparadas para hacer del Chesapeake un
verdadero infierno. Como dije el primer día, poco más le podemos pedir a una
Final de Conferencia.
Sí, los de Steve Kerr siguen sin perder partidos consecutivos en
lo que va de temporada. Y si algo nos ha enseñado este segundo asalto es la
importancia que tuvo el primero: ganar en Oakland como lo
hicieron los Thunder fue una auténtica hazaña. Los de Donovan, tras aguantar estoicamente un primer cuarto en el
que Curry ya había hecho de las suyas (11 puntos) y también había acertado Klay (anotó dos de sus tres primeros intentos desde el
triple), cuajaron un gran segundo cuarto, pero resbalaron cerca del final.
Siete puntos de un inspirado Iguodala (canastón)
echaron por tierra gran parte del trabajo de Kevin Durant, que tiró
de los suyos en ataque, sumando una y otra vez.
Nadie había podido con KD así
Desde el
punto de vista de los Thunder, los minutos de Enes Kanter fueron
un dolor. Disputó ocho en la primera mitad y le atacaron sin parar. Daba
igual quien tuviera el balón, la consigna estaba más que clara: a por el turco. Todos sumaron en su cara, pero
Durant apagaba el fuego una y otra vez. El alero, muy acertado en el tiro (9-13 en los primeros 24), se fue hasta los 23 puntos en la primera parte, una marca que siempre había sido
sinónimo de victoria para los visitantes: con +20 tantos de KD en la primera
mitad, 9-0 hasta ayer (Marc Stein). Pero en Oakland todo es
diferente. Los Warriors aprovecharon dos despistes de OKC para cerrar el segundo cuarto con un 8-0 de
parcial después de ver como los Thunder lograban su primera ventaja de la noche
(46-47): +8 al descanso y ventaja Kerr.
Detalles y Adams
Adams sufrió
golpes en la espalda, en la mano y en la entrepierna durante el choque, pero se
mantuvo en cancha porque sin él, OKC no es OKC.
Para competir de tú a tú con estos Warriors, los Thunder necesitan al pívot
intimidando en la zona y luchando por todos los balones sueltos. Pero esta vez
no bastó con eso. Los detalles (siempre decimos que
ganan partidos, series y, por extensión, campeonatos) ayudaron a Curry a
eliminar de un golpe y en un minuto el fantasma del 2-0: del +15 en intentos
desde la personal en el 'Game 1', al -9 de ayer; del +8 en rebotes, al -9 de
ayer. Tampoco ayudaron las 8 pérdidas de KD, los triples
errados por Westbrook e Ibaka (siete entre los dos) o los tiros
libres regalados por faltas en los triples (tres a Iguodala, tres a Curry). Nadie para a
los Warriors con viento a favor.
Warriors: outscored Thunder 61-42 in 2nd half (Thunder outscored Warriors
61-42 in 2nd half of Game 1)
La magia
Si el primer
día hablábamos de que el MVP se lo había llevado Russell Westbrook (poco
incisivo en el 'Game 2'), ayer el premio se lo llevó de calle Stephen Curry.
Cero puntos en el segundo cuarto y solo tres asistencias en todo el partido (la
defensa de OKC tuvo ratos de gran nivel), pero le dejaron tirar solo tras un
bloqueo de Bogut a 7:07 del final del tercer cuarto, y eso suele ser mala idea. Anotó el triple, después cuatro tiros libres que le regaló Durant,
otro triple (con
dedicación a Ibaka incluida) y una más que le dieron de dos.
Antes de que OKC pudiera reaccionar, Curry había convertido un
partido de siete puntos en uno de 20 con un 15-2 de parcial en solo dos minutos
de juego. Game Over, 1-1 y rumbo a Oklahoma.
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