Marquinhos no pierde la esperanza. El zaguero se ha paseado en multitud de ocasiones por la agenda del FC Barcelona y aunque en este momento su nombre ha caído varios puestos, el jugador aún confía en que la entidad catalana lance una nueva ofensiva que permita su desembarco en el Camp Nou.
El defensa, de 22 años, no está en absoluto conforme con el rol que hasta ahora le ha asignado el técnico del París Saint-Germain, Laurent Blanc, quien de forma habitual le ha condenado a la suplencia en favor de sus compatriotas Thiago Silva y David Luiz, y ve la posibilidad de aterrizar en el Barça como una oportunidad única y, seguramente, irrepetible.
El problema es que, tal y como explica Sport, su club no tiene el mismo parecer. Los parisinos mantienen una economía más que saneada y entienden que vender a uno de sus jugadores con más talento a un posible rival en la lucha por la Champions League no tiene mucho sentido. Además, quieren que el jugador esté a disposición del que será su nuevo entrenador, el guipuzcoano Unai Emery, y que sea él quien termine por aclarar su rol dentro del equipo.
Por tanto, y pese a que daría el sí quiero al instante, las posibilidades de ver a Marquinhos con la elástica blaugrana son muy limitadas. A día de hoy tanto el galo Samuel Umtiti (Olympique de Marsella) como el charrúa Mauricio Lemos (UD Las Palmas) parecen opciones mucho más asequibles.
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